Reseña Kentukis

 Kentukis

Samanta Schweblin

Literatura Random House

224 páginas

17 euros 

Resumen:

     Casi siempre comienza en los hogares. Ya se registran miles de casos en Vancouver, Hong Kong, Tel Aviv, Barcelona, Oaxaca... y se está propagando rápidamente a todos los rincones del mundo. No son mascotas, ni fantasmas, ni robots. Son ciudadanos reales, y el problema -se dice en las noticias y se comparte en las redes- es que una persona que vive en Berlín no debería poder pasearse libremente por el living de alguien que vive en Sídney, ni una persona que vive en Bangkok desayunar junto a tus hijos en tu departamento de Buenos Aires. En especial cuando esas personas que dejamos entrar a casa son completamente anónimas.

     Los personajes de esta novela encarnan el costado más real -y a la vez imprevisible- de la compleja relación que tenemos con la tecnología, renovando la noción del vouyerismo y exponiendo al lector a los límites del prejuicio, el cuidado de los otros, la intimidad, el deseo y las buenas intenciones. Kentukis es una novela deslumbrante que potencia su sentido mucho más allá de la atracción que genera desde sus páginas. Una idea insólita y oscura, tan sensata en sus reflejos que, una vez que se entra en ella, ya no se puede salir.

Opinión:

    Este libro fue el primero que hemos leído después del parón del verano en el club de lectura, y la verdad es que me ha resultado bastante perturbador.

    Partiendo de la  de la exposición voluntaria de la privacidad en las personas, la autora nos sumerge en un mundo donde existen unos peluches con cámaras, llamados Kentukis, que la gente compra porque le gusta ser observada por desconocidos. Los aparatos tienen diversas formas en forma de peluches, conejos, cuervos, dragones,... y los activan en su vida cotidiana. Conocemos en esta historia a varios personajes que compran estos aparatos para ser observados pero también nos mete en la piel de los que observan, y mueven esos animales de forma libre en el entorno en el que los han puesto.

    

    Creo que la autora nos ha querido mostrar de forma más brutal, esa intimidad expuesta en las redes sociales y que no  nos parece importar mostrar en la actualidad. El porqué de esa necesidad que tenemos algunos para confiar en gente que no conocemos de nada. 

    El libro en sí me ha gustado mucho pero la parte del final no me ha acabo de convencer, porque no me parece que haya dado por finalizada las vidas de los personajes que lo componen, y  me hubiera gustado algo más de profundidad en esos personajes, de lo que hacen después de vivir la experiencia de los kentukis. Me ha dado la sensación de que la historia se había quedado medio colgada. Aún así es una lectura ágil y amena y mi valoración  personal es de un 4 sobre 5. Pero ya sabéis, y que digo muchas veces, que las reseñas son a título personal, y lo que a mi me ha parecido un buen libro a otros no les parezca. :) Yo he disfrutado mucho de la lectura. Recomiendo.